EL COMPROMISO CON UNO MISMO
Últimamente le doy vueltas al tema del compromiso.
Al parecer desde que la era de Acuario se ha instaurado y más aún con el Plutón en este signo, el acto del compromiso está quedando desahuciado de la psique humana.
Por un lado, existe la creencia de que comprometerse con algo o alguien resta libertad al individuo, implica renunciar o sacrificarse por algo y, además, alimentamos ese miedo.
Pienso que el verdadero compromiso es una certeza que nace del corazón. Es el trampolín que impulsa hacia la entrega a aquello que se ama, que se admira, a aquello que merece ser experimentado sin lugar a dudas.
Esto va acompañado de habilidades como la espera, poner la energía en ello, olvidar la meta, la calma y otras más.
Por otro lado, entendemos que el compromiso es por algo o alguien, que es una especie de deuda u obligación con algo ajeno a uno mismo y se nos olvida que nace de uno y para uno. En definitiva, se nos olvida comprometernos con nosotros mismos.
Creer que el compromiso es con un tercero, o con alguna actividad externa a “mí”, es lo que nos da tener la sensación de esclavitud, de pérdida de libertad y convertimos las acciones en falsas entregas, aparece el peso de la obligación o la sensación de decepción cuando no se cumplen las expectativas anheladas.
Así pues, reivindico la honestidad y la capacidad de comprometerse con uno mismo, con algo, con alguien. Pues esto da suelo y también vuelo.
Saber cuál es el sendero por donde quiero transitar con certeza y sin reservas, abre de par en par, las ventanas a la sensación de Libertad.